Habrá que remontarse a junio de 1985. El entonces conjunto dirigido por Carlos Bilardo apenas necesitaba un punto para clasificarse a México 1986, pero su triste nivel futbolístico y la falta de respuestas lo ubicaban en una situación sin margen para el error.
Además, todavía estaba el recuerdo del duelo anterior disputado en Lima, donde Perú ganó por 1-0 y Luis Reyna se convirtió en una leyenda al aplicarle una marca personal a
Diego Maradona nunca antes vista y anularlo del partido.
Todos los nervios e incertidumbre en las que se sumergían los argentinos pudieron percibirse en los primeros minutos de juego.
En una de las primeras jugadas, el defensa Julián Camino protagonizó un hecho demasiado desagradable. Lanzó una patada salvaje y criminal sobre
Franco Navarro, lo que le provocó la fractura de tibia y peroné y la salida inmediata a uno de los virtuosos jugadores rojiblancos. Increíblemente, el argentino apenas recibió una tarjeta amarilla.
No obstante, los locales supieron encontrar la ventaja antes del cuarto de hora, gracias a un gol de Pedro Pasculli. Sin haber hecho demasiado, los argentinos parecían encaminarse sin problemas hacia la clasificación.
Pero aquél Perú tenía demasiado por ofrecer logró revertir el marcador en apenas 16 minutos, gracias a los tantos de Velásquez y Barbadillo (producto de una gran jugada personal de Cueto).
Así, Argentina volvió a caer en sus miserias y tuvo que esperar a uno de sus tantos actos heroicos para sellar su angustante clasificación al Mundial.
Daniel Alberto Passarella enarboló una corrida histórica por el sector derecho del área rival y lanzó un disparo cruzado que apenas llegó a desviarse en el portero Acasuzo y que luego reposó sobre el palo. Así, con el esférico danzando en la línea de gol, apareció
Ricardo Gareca para empujarlo hacia el fondo de la portería.
Incluso, los peruanos aún se lamentan aquella jugada previa al gol de Gareca, en la que Uribe quiso definir por encima del cuerpo de Fillol y el eterno portero argentino logró impedir el tercer tanto rival, de un modo increíble.
La bronca que le quiso hacer Passarella a Franco Navarro camino a los vestuarios
en la tribuna Sur.
Clásico en los argentinos, Passarella le gritaba a Franco:
"En Buenos Aires te voy a matar", mientras lo apuntaba con el dedo y lo amagaba
a agredirlo.
En eso detrás de Franco aparece el Caudillo José Velásquez.
Estiro el brazo derecho, lo agarro del cuello al Kaiser, lo levantó al aire,
mientras Passarella seguía gritando y apuntando con el dedo, pero ahora
retrociendo, hasta que se corrió al vestuario.
Que temperamento y
personalidad la de José. Esa que es inexistente en la selección peruana de
hoy.
Franco los había complicado todo el partido a Passarella y Trossero, y a
los argentinos no les gustó nada. Lo mejor de esa defensa argentina fue Néstor
Rolando Clausen, de un nivel superlativo.
El domingo siguiente a Franco no lo
mataron. Pero sí casi lo parte Julián Camino, jugador de Estudiantes de la Plata
para mayor referencia, y lo sacó de la cancha apenas a los 2 minutos del
partido.
Ese era el Antifútbol de Bilardo. Habían vuelto los Pincharratas de
la década del 60